Opinión

Ahora en semifinales, a por la Francia de Mbappé

Los aficionados españoles  que estuvieron en Stuttgart presenciando el encuentro España-Alemania y, los que lo estuvimos viendo por TV, hemos gritado: ¡¡Qué viva España!! Después de que la selección española haya eliminado a la anfitriona, Alemania, a la que ha derrotado por 2-1, tras prórroga y por lo tanto, se ha clasificado para las semifinales, donde tendrá como rival a la Francia de Mbappé.

España y Alemania, las dos mejores selecciones, llevaron su encuentro al limite a base de golpes que se dieron entre sí. Nuestra selección fue la que primero golpeó. Luego después le tocó aguantar el chaparrón alemán que nuestro equipo supo defender con criterio y orden para después, propulsarse hasta las semifinales por un cabezazo inapelable, en el último suspiro de la prórroga, de Mikel Merino, su gol más importante según relató el propio jugador, al final del partido.

Los dos equipos terminaron fundidos. Unos estaban acalambrados,otros cojeaban y casi todos no podían con sus botas. Era el resumen de una pelea en toda regla, de un partido crudo y vibrante, a la vez que muy disputado y largo.

Con esta derrota germana, llegó el día de la despedida de Toni Kroos, quien definitivamente cuelga las botas. Sentimos Toni, que esta despedida te haya resultado muy cruel. Así es el fútbol. Tuvo que ser España, la que jubile a un genio como Kroos, quien por cierto sacó su lado más duro, una faceta desconocida en el magnífico jugador alemán y ya ex madridista.

Alemania descifró como nadie a la Roja. Ningún otro equipo nos  creó tanto peligro, ni secó tan  bien a Lamine Yamal y Nico Williams. No obstante, el conjunto español, le plantó cara a la anfitriona jugando con mucha personalidad y hasta con arrojo. No se arrugó en ningún momento. Creo que su clasificación como semifinalista es merecida y justa, aunque pasó por momentos de apuros en el que tuvo como gran aliada, a la  Diosa fortuna.  Ya se sabe, el factor suerte forma parte del fútbol y en muchos casos es determinante.

Una vez más en esta Eurocopa, España demostró ser muy competitiva y siempre tiró hacia adelante a pesar de la dureza excesiva de los alemanes. Y es que el partido fue intenso,bravo,áspero y con mucho vértigo, tanto en los 90 minutos reglamentarios como después en la prórroga donde decidió Mikel Merino de un tremendo cabezazo a pase de Dani Olmo, el jugador más valioso del partido.

Todo el equipo mostró gran compromiso,además de valentía y carácter ante la fiereza germana. A pesar de esa rudeza, España jugó con jerarquía y supo interpretar el partido en cada momento,jugando a lo que convenía. Trabajó muy bien la defensa. Tenía  verticalidad cuando  se requería. Así como gran dosis de madurez. Se sobrepuso a la lesión de Pedri tras una fea entrada de Kroos que merecía  la tarjeta amarilla que el colegiado no le mostró.

En una palabra, España fue un equipo con mucho oficio.

Fue un gran duelo por la combatividad de los dos contendientes que iban y venían a las áreas. España, buscaba el gol con disparos desde fuera del área. Lo intentaron Nico Williams y Fabián. Nadie especulaba. Había ritmo y velocidad, más por parte de la selección española que de la alemana, que tuvo peligrosos acercamientos con un disparo y cabezazo de Havertz, en el minuto 20.

Había vigor y energía en ambos equipos. Faltaba acierto en los remates y, sobraba la excesiva dureza de los alemanes. El colegiado británico, Taylor, un buen árbitro, en esta ocasión estuvo muy desacertado. Mostró tarjetas amarillas por doquier y una roja a Carvajal, que no podrá jugar las semifinales.

Las dos selecciones le ponían muchas ganas y pundonor. Kroos, siempre con el compás en los pies, esta vez no tuvo tanta precisión en sus pases. La presión de los españoles no le dejó pensar.

Con empate (0-0) se llegó al descanso. En la reanudación, Nacho salió en sustitución de Le Normand que tenía tarjeta amarilla. En Alemania, doble cambio Andrich por Emre Can y Wirtz por Sané.

Los alemanes seguían jugando al límite , pero España no le perdía la cara. Morata, gozó de una ocasión inmejorable para marcar. Hasta que que en el minuto 51, llegó el golpe en el mentón a la poderosa Alemania. Dani Olmo, en una conexión con Lamine Yamal y de un disparo sutil e inteligente, batió a Neuer.

Quedaba mucho tiempo y a los germanos les entraron las prisas y nos sitiaron en nuestra área a base de balones por alto. Entró el delantero tanque, Füllkrug, un bastión en el juego aéreo. A España, entonces le entró cierto miedo y más concretamente al seleccionador Luis de la Fuente que casi de un tirón retiró a Nico Williams y Lamine Yamal y entraron Ferán y Merino. No lo entendí cuando todavía quedaba un mundo. Me pareció una mala decisión, aunque después la jugada le salió bien.

El gol seguía agitando a Alemania. El partido se había abierto y uno delos jerarcas del fútbol mundial no se iba a entregar así por las buenas. Kroos, se resistía a que fuese su último partido y comenzó una carga contra los dominios hispanos, encontrando a Havertz y a Füllkrug, que avisó rematando al palo en una contra. Después el propio Havertz, se encontró con buenas ocasiones para marcar: dos cabezazos, un tiro picado alto tras un mal saque de Unai. España estaba sonada. Tanto fue el cántaro a la fuente que al final se rompió, con el gol de Wirtz en el minuto 88. Con empate (1-1) finalizó el tiempo reglamentario. Se fue a la prórroga.

El partido estaba llamado a ir los penaltis, pero en el 119 a un minuto del final, llegó la obra épica de Mikel Merino. Su gol vale una semifinal. ¡¡Qué Viva España!!

Ahora en esas semifinales, nos toca ir a por la Francia de Mbappé, partido que se jugará el próximo martes las 9 de la noche, en Munich.

Entre mi círculo más cercano, afirme que el ganador de la eliminatoria España-Alemania sería el campeón de esta Eurocopa. Espero acertar, si lo hace recordaremos el triunfo sobre los alemanes como el partido clave. Así sea. 

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